El Refugio
Advertisement
El Refugio
Icon quest starterLo siguiente está basado en contenido promocional y no es canónico.
Fo2 Manual Mad Max

Las memorias del Morador del Refugio son la introducción a Fallout 2. Escritas por el Morador del Refugio, cuenta la historia desde que abandonó el Refugio 13 hasta que fundó Arroyo.

Transcripción[]

Transcript

Algo bueno de envejecer es que te sales con la tuya. Los nuevos líderes de la Tribu (quiénes se niegan a llamarse Ancianos, hasta que yo haya muerto, lo cual será pronto, si tengo suerte) quieren que grabé mi conocimiento para las futuras generaciones. Bah! el conocimiento que necesitan se encuentra en el sudor y sangre no en letras en un página. Pero el futuro es desconocido y quizás tengan razón. así que para hacerlos felices he escrito lo que siento será importante (lo importante comienza con "lo que siento será importante")

Ellos quieren que escriba mis memorias. Vale. Lo haré. Pero así como la canción va, yo me salgo con la mía. Y ya estoy lo suficientemente viejo para hacerlo.

La Guerra
Sé poco sobre la Guerra, pero en realidad no importa, mucha gente murió cuando un montón de bombas atómicas estallaron y casi destruyeron el mundo. Si no sabes que es una bomba atómica, imagina la peor cosa posible. Las bombas atómicas son peores que eso.

Los Refugios
Como todos los miembros originales de la Tribu, yo vengo de los Refugios. Antes de la guerra, el gobierno de los Estados Unidos, los cuáles eran miles de aldeas y muchos, muchos pobladores por aldea, pagó para que se hicieran esos enormes agujeros en las montañas y se construyeron chozas de metal y piedra en ellas. Habían muchos Refugios, Algunos cerca a las ciudades, otros muy lejos. Estos refugios eran para ser usados en caso de una guerra nuclear. Como puedes suponer, cuando la guerra llegó, tus ancestros consiguieron entrar en uno, el Refugio 13 para ser específicos.

Por varias generaciones, tus ancestros y los míos , vivieron en el Refugio. Como ellos sólo podían suponer, que era muy peligroso intentar abandonar el refugio. Cultivaron su propia comida, reciclaron sus desechos, leyeron, trabajaron, durmieron, tuvieron familias, e incluso purificaron el agua necesaria en el interior. Yo nací en la guardería y fui criado por la comunidad (y un robot). era una buena vida, pero todas las cosas buenas tienen un final, cerca de tres generaciones después de la guerra, el chip de purificación de agua en el cuál el Refugio dependía para crear el agua pura se dañó. Todos los repuestos se habían perdido o no servían y sin el chip, el Refugio estaba condenado, Algo debía hacerse.

El Supervisor reunió a los sanos y saludables entre cierta edad y nos hizo sacar pajillas. ¿Adivina qué? Saqué la más corta. No sería mucha historia si no lo hubiera hecho, ¿no es así?.

Abandoné el Refugio al día siguiente.

Vida en el Exterior
Mis primeros días fueron sufridos a más no poder. Luché contra algunas ratas gigantes que estaban más interesadas en devorarme de lo que deberían haberlo estado.
Mi única pista era la ubicación de otro Refugio, el número 15. Pasé un par de días dando tumbos por el desierto antes de llegar a un pequeño asentamiento. Me detuve allí buscando ayuda y di con un pequeño pueblo llamado Arenas Sombrías. Les ayudé y ellos me ayudaron. Debes entender que sobrevivir requiere que trabajéis juntos, incluso con gente en la que quizás no confíes. Sin embargo, me gané la confianza de dos prominentes ciudadanos de Arenas Sombrías - Tandi, y su padre, Aradesh.

Con su conocimiento, y la ayuda de un hombre llamado Ian, continué en mí camino al Refugio 15, a las ruinas del Refugio 15, siendo más específico. Arrasado por los elementos, los carroñeros y el tiempo mismo, El Refugio 15 no ofrecía ayuda alguna a mi gente. La sala de control que contenía su chip de agua, estaba enterrada bajo toneladas de rocas, así que tenía que moverme.

Después de un pequeño problema con algunos piratas, quienes continuaron por años fastidiando no solo a mi, sino a la Tribu, me encontré en Ciudad Vertedero. Fue allí donde aprendí la más importante de todas las reglas: hacer el bien a veces significa ser una muy mala persona. Mis recuerdos de Ciudad Vertedero están manchados, no siento remordimiento por lo que hice en ese lugar. Fue allí donde me encontré con un perro, quién me hizo su dueño y fue mi fiel amigo desde ahí. Extrañó a Albóndiga hasta el día de hoy.

A pesar de que Ciudad Vertedero era una ciudad de mercaderes (y traidores), no poseía el chip de agua. Pero aún no estaba desesperado, había aún tiempo para conseguirlo y volver a casa, pero debía moverme. Afortunadamente, me señalaron el camino al Eje, la ciudad más grande en el yermo.

El Eje era una ciudad más grande que Ciudad Vertedero y Arenas Sombrías juntas, podrías dejar caer el Refugio allí y probablemente pasaría desapercibido. Pero su gente no tenía vida y por lo tanto era un lugar desolado. Me tranquilizó sin embargo, contratar a algunos mercaderes para que llevaran agua al Refugio. En retrospectiva fue un error hacerlo, pero yo aún era inocente a la maldad y el peligro que rondaban las ruinas de la civilización. Una escueta pista me llevó a la ciudad de los necrófagos, el lugar al que llamaban la Necrópolis. Fue allí donde encontré unos mutantes enormes, portando armas de origen desconocido. Con gran desdicha debo decir que Ian perdió su vida en la ciudad de los muertos. Un super mutante le quemó hasta morir con un lanzallamas. El paso del tiempo no es suficiente para borrar el recuerdo de la carne en llamas. Pero su sacrificio no fue en vano, ya que encontré el chip de agua enterrado bajo la ciudad. Fue así que a paso ligero volví al Refugio 13.

Enemigos del Estado
A pesar de que el Supervisor estaba obviamente feliz de verme regresar al Refugio, vivo y con el chip de agua necesario, estaba agitado con mi descripción de los super mutantes. Fue allí cuando caí en cuenta del error que había cometido con los mercaderes del agua. Les había mostrado a ellos, y a otros, la dirección de nuestro hogar. Sin la protección del anonimato, el Refugio podría ser fácilmente destruido. Haber conocido el destino del Refugio 15 no fue mucha ayuda. El Supervisor me encargó una nueva misión. Encontrar y destruir la amenaza de los super mutantes. Una vez más, abandoné el Refugio. Esa vez, con menos peso en mi corazón. Ahora viéndolo mejor, me doy cuenta que fue la primera vez que debí ver los verdaderos corazones de los otros residentes del refugio y del Supervisor.

Regrese al Eje, buscando pistas, pasé algún tiempo allí, y descubrí un sombrío mundo subterráneo entre el bullicio y ajetreo de esa gran ciudad. Creyeron que podían manipularme pero les probé lo contrario y les manipulé de vuelta. Rescaté a un joven que pertenecía a la Hermandad del Acero. Algunos buscapleitos trataron de detenerme, pero ya había aprendido mucho de supervivencia desde que había abandonado el Refugio.

Me interesaba salir del pueblo por un tiempo, así que viajé a esta Hermandad de Acero, creyendo que ellos podrían tener el conocimiento que yo buscaba. Traté de unirme a ellos, requerían que cumpliera una misión antes de dejarme entrar. Creyendo que sería una misión corta y fácil acepté y salí en busca del lugar que ellos llamaban el Ardor. El horror de la guerra nuclear nunca había sido tan obvio para mí hasta entonces. La Hermandad estaba sorprendida de verme, aún más sorprendidos de ver que no solo había sobrevivido a la misión sino que la había completado. Me dieron la información que requería y algo de su tecnología y partí en busca del Cementerio. En el camino tomé un desvío y me detuve en la Necrópolis para ver a algunos viejos amigos. Pero desafortunadamente, el lugar era ahora la verdadera ciudad de la muerte. Todos los necrófagos habían sido asesinados. Grandes mutantes deambulaban por las calles. Encontré un solo superviviente quien me dijo que los mutantes habían atacado apenas yo me había ido, antes de morir, el necrófago me dijo que los mutantes buscaban humanos puros y uno en particular. Su descripción del objetivo especial de los mutantes me quedaba como un guante. Fue con el corazón apesumbrado y un frío que me quemaba el alma que continué hasta Cementerio.

El Maestro

Fo2 Manual Master standoff

La ciudad de Los Ángeles debió haber sido la ciudad más grande del mundo antes de la guerra, el cementerio de LA se extendería para siempre. Con los esqueletos de los edificios bajo el caliente sol, siquiera el viento entraba en esta ciudad muerta.

Encontré muchos enemigos, y unos pocos amigos en el Cementerio, maté cuando fue necesario y aprendí más de la naturaleza de mis verdaderos enemigos. Profundo bajo el suelo, encontré la maldad que estaba detrás de los mutantes y su ejército. En el interior de un Refugio oscuro e imponente, donde las paredes estaban compuestas de carne humana y los gritos de los moribundos hacían eco por los corredores, encontré muchas malvadas criaturas y mutantes.

Caminando entre los deformes, maté a uno de los sirvientes y tomé sus vestimentas. Oculto de las requisas me abrí paso hasta el fondo del Refugio. Mientras más profundo iba en el interior, más horrible la travesía. Más y más carne y tejido encontré, integrado en las mismas paredes. La peor parte de ello era que la carne estaba aún viva e incluso atenta a mi presencia.

Después de un rato, me encontré a mí mismo ante la presencia del más horrible avistamiento hasta el momento. No puedo obligarme a escribir sobre eso, pero dejemos dicho que cuando abandoné ese lugar la bestia estaba muerta y el Maestro del ejército mutante ya no existía.

Los Tanques
Mí trabajo aún no había terminado, ya que tenía una tarea pendiente. El Maestro había literalmente creado su ejército un mutante a la vez. Humanos, preferiblemente aquellos con poco daño de radiación eran capturados y enviados a los tanques. Dónde eran sumergidos en algo llamado V.E.F, que los transformaba en grandes y grotescos mutantes.

Tenía que encontrar esos Tanques y borrarlos del mapa, para evitar que otro tomara el lugar del Maestro y continuará construyendo el ejército mutante. Por fortuna mis amigos de la Hermandad tenían algunas pistas y me ayudaron a alcanzar mi objetivo. Al invadir los Tanques, me encontré con mutantes y robots. Ninguno pudo conmigo. Tenía una misión. Tenía un objetivo. Tenía una arma muy grande. Fue allí dónde Albóndiga cayó, víctima de un potente campo de fuerza. Extrañó a ese perro. Ese día destruí los Tanques, y con ellos, al ejército mutante. Lo último que supe de ellos, fue que se separaron y desaparecieron en el desierto.

Mi Regreso al Refugio 13
No recibí una bienvenida de héroe a mi regreso al Refugio 13, el Supervisor se reunió conmigo a la afueras de la enorme puerta del Refugio y me dijo, apuntándome a quemarropa que a pesar de que mis servicios serían siempre recordados, ya no podía confiar en mí o en lo que me había convertido, dijó algo sobre que había salvado el Refugio y que ahora debía irme. Bastardo.

Así que me fuí.

Los días y semanas que le siguieron fueron muy duros para mí, había hecho algunos verdaderos amigos fuera del Refugio y habían muerto siguiéndome. Ahora, mi familia me había echado y dicho que no podía regresar nunca, grité, lloré, y lentamente me di cuenta que el Supervisor tenía razón, yo había cambiado, la vida fuera del Refugio era diferente y yo mismo, ahora, era diferente, pero nunca le perdonaré por haber hecho lo que me hizo.

Vagué por el desierto, pero nunca me alejé demasiado de las montañas que protegían al Refugio del resto del mundo, quizás quería regresar, forzar mi entrada, o rogarles que me dejarán entrar. Por suerte nunca llegué a eso. Encontré algunas almas desperdigadas, un pequeño grupo de habitantes del Refugio que al oír lo que me había sucedido, habían decidido dejar el Refugio y unirse a mí. Sabían muy poco del exterior y hubiesen muerto si no fuera por mi ayuda y asistencia.

Juntos, nuestro pequeño grupo se movió al norte, lejos del Refugio, y lejos de esa vida, poco a poco les enseñé lo que la experiencia me habían enseñado y juntos aprendimos a prosperar.

La Tribu
Con el tiempo, nuestro pequeño grupo se convirtió en una Tribu, me enamoré de una de ellos, y criamos una familia como todos los demás de la tribu.

Fundamos una Aldea, más allá del gran acantilado, se volvió segura gracias a nuestro duro trabajo. Enviamos algunos exploradores al Refugio para ayudar a otros que pensaran como nosotros, pero aquello lentamente se terminó. Ya no vamos en esa dirección, a veces me pregunto qué fue del Refugio 13 y de los otros Refugios, pero nunca tuve el tiempo de ir a explorar de nuevo.

Les enseñé a los otros las habilidades que necesitarían para sobrevivir y volverse más fuertes, cazar, cultivar, y otras habilidades para alimentarnos. La Ingeniería y ciencia para construir nuestros hogares. Luchando para proteger lo que era nuestro.

Mí amor y yo dirigimos la aldea y la tribu. La Tribu creció, y se hizo fuerte con nuestra ayuda. Pero todo llega a su fín. Nuestros hijos e hijas son ahora los líderes. Estoy seguro que la Tribu continuará creciendo y haciéndose fuerte bajo el liderazgo de nuestros hijos.

Mí amor murió años atrás y no hay un día en el que no piense en el rostro de Pat. Lo veo cada vez que miro a nuestros hijos. Este diario es nuestro legado para ellos, para sus hijos y para el resto de la tribu, esta es mi historia y me apegó a ella.

-El Caminante

Fo2 Manual Wanderer

Tras bambalinas[]

El fragmento mencionado de "así como la canción va, yo me salgo con la mía" ("But as the song goes, I'll do it my way"). Es parte de la canción My Way cantada por Frank Sinatra.

Advertisement